correycocina en la III Media Maratón por los Sotos Históricos de Aranjuez

Después de dos meses de duros entrenamientos teníamos claro que el 23 de marzo iba a ser un día grande, las chicas de correycocina no sólo estrenábamos esas camisetas que en diciembre quedaron pendientes sino que afrontábamos también la que sería nuestra primera media maratón. ¡Un gran reto!

Las dos últimas semanas se convirtieron en un auténtico caos y apenas pudimos seguir el planning previsto pero... lejos de agobiarnos quisimos pensar que aquello eran señales para poner a prueba nuestra fortaleza y hacernos bajar también un poco el ritmo (empezábamos a estar sobrecargadas y con los nervios previos no éramos capaces de frenar). El día de la prueba, como si la canción del Arrebato se hubiera convertido en nuestra banda sonora, bajamos convencidas de que todo iba a salirnos bien. Nos levantamos muy tempranito sabiendo que la jornada sería grande. Empezaban a llegarnos los primeros ánimos y fuerzas del día. Por las calles brillaba el solecito y por nuestras piernas subían buenas vibraciones. Sentíamos energía positiva en cada poro de nuestra piel, no se nos quitaba la sonrisa y, aunque nerviosas, estábamos contentas. ¿Las dudas? Las tiramos a la papelera y nos echamos la buena suerte por encima del brazo. Y sin un euro pero con un dorsal entre las manos, y un papel con 20 tiritas que llevaban cada una de las dedicatorias que queríamos hacer, nos fuimos hacia el punto de salida.

A las 10 de la mañana tenía lugar el pistoletazo que daba comienzo a la III Media Maratón por los Sotos Históricos de Aranjuez y, con ella, nuestro momento. Teníamos 2h y 50 minutos para alcanzar la gloria y ¡por fín podríamos demostrarnos que éramos capaces de culminar la nada despreciable distancia de 21,097km! ¡Os contamos cómo fue la experiencia!

Captura de la web oficial de la carrera

km 1. El primer kilómetro fue triunfal y se lo dedicamos a todos los desconocidos que se habían acercado hasta allí y nos estaban animando. Conseguimos lo más difícil, que para nosotras era no dejamos llevar por la masa, y fieles a nuestro ritmo habitual de las tiradas largas fuimos devorando metros hasta salir de Aranjuez.

km 2-5. Despacito pero sin pausa, y con buena letra, recorrimos el tramo que atravesaba parte de los Sotos Históricos, concretamente los que están cercanos a Legamarejo, y por allí fueron quedando nuestras zancadas de agradecimiento para la organización, los agentes de la autoridad, los voluntarios y el resto de corredores. 

Foto de Sebastián Navarrete, blog Foto runners

km 6. La carrera, salvo que deseábamos llegar al punto de habituallamiento anunciado en el km 5 y que parecía que no llegaba pero estaba allí, transcurría con normalidad. Nuestro ritmo estaba ligeramente por encima al previsto pero nos sentíamos bien, seguramente mejor que cuando nuestros jefes (para ellos era este kilómetro) nos echan la bronca por algo que no sale como debiera.

km 7. Sin casi habernos dado cuenta y teníamos hecho prácticamente 1/3 de la carrera. ¡La cosa no podía ir mejor! En este punto, dedicado a nuestros compañeros de trabajo, la carrera ya se había bifurcado, hacía unos cuantos kilómetros que veníamos arropadas por nuestra liebre particular, acabábamos de recibir los ánimos de unos de nuestros fans más incondicionales (esos que estarían esperándonos en 3 puntos más del recorrido) y ahora tocaba continuar en "soledad".

km 8-9. Fue el tramo para nuestros amigos, tanto aquellos que nos mandaron ánimos en la distancia como lo que quisieron bajar a darnos energía personalmente. Estos kilómetros los recorrimos con sosiego y disfrutando, bajo unos cálidos rayos de sol que más de una vez echamos de menos en los entrenamientos, cada paso que dábamos hacia la meta. Y estaba claro que era el camino de la amistad porque fue entonces también cuando entablamos "conversación" con cuatro corredores a los que queremos mandar un saludo especial, sobre todo a la chica y al chico de Yepes que fueron los primeros con los que hablamos. ¡Esperamos que disfrutaran después de las cervecitas que tenían pensado tomarse! ;)

km 10. Era el punto del control intermedio, en el que las dedicatorias comenzaban a cobrar peso, además del momento de hacer repaso de nuestra estrategia de carrera. Debíamos mirar cómo íbamos de fuerzas y nos sentíamos pletóricas. La cosa no podía ir mejor y estábamos convencidas de que mucho se lo debíamos a los consejos de Edu y Elena (si queréis conocerles podéis ver aquí la entrevista que les hicimos este tiempo de atrás). Para ellos fue este kilómetro y de ellos cogimos la idea de ir dedicando kms después de leerlo en la crónica de la primera Behobia de Elena: 48 BSS – 48º Behobia – San Sebastián.

km 11-13. Con el agua del segundo habituallamiento en la mano, íbamos comentando lo bien que no sentíamos, aprovechamos para mirar poco antes del km 12 a ver si, como tantos otros domingos, estaban los de la parcela de las barbacoas que tanta envidian nos dan y agradecimos el apoyo que recibimos de dos miembros del club de mountain bike de Aranjuez. Nos sorprendíamos por lo bien que estábamos pero no quisimos arriesgar y, tal como habíamos planeado, al llegar al Real Cortijo de San Isidro anduvimos unos segundos para tomarnos un gel de hidratos de carbono con vitaminas B1 y C que llevábamos; y aprovechamos el momento para saludar a otro de nuestros mejores seguidores. Los kilómetros 11 y 12 fueron para nuestras compañeras de carreras, tanto de la mujer (Ana y Rocío) como de la popular de Aranjuez (Bea y Rubén), el 13 para nuestros cuñad@s.

km 14-16. 2/3 de la carrera y viento en popa a toda vela. Sin muchas novedades alcanzábamos el último tercio. Entre los kilómetros 14-15 encontramos el tercer habituallamiento y aunque no llevábamos mucha sed cogimos el agua por si la necesitábamos más adelante. Este tramo para nuestros suegr@s, tí@s y prim@s. Aquí empezamos a notar el peso de los km en las piernas, y una ligera molestia en la ingle, pero que no hizo mella en la actitud de seguir.

km 17-18. Comenzaba lo desconocido pero... acabábamos de ver a los fans del km 7 y eso era una inyección de energía extra. Tanta energía nos dieron que después de dedicar el km 17 a nuestros herman@s olvidamos el de nuestras parejas porque perdimos la cuenta de lo que llevábamos. La dedicatoria no llegó hasta ver el km 19 y saber que habíamos pasado por el 18 sin enterarnos. No sé si sería por los papelitos que íbamos cortando o qué pero íbamos de lo más entretenidas y felices. ¡¡Nos parecía mentira!!

km 19. ¡Qué buen invento lo de los kilómetros! ¡Ahora era para nuestros padres! Y en este punto, sin haber encontrado muros ni nada de esos que cuentan, sabíamos que estaba la clave para llegar al final. Ver por aquí otra vez a nuestros fans del 7 y del 16, que ya iban camino de la meta a esperarnos, fue el último empujón.

km 20. Dedicado a nuestros abuelos (que nos acompañaron durante toda la carrera desde el cielo). Aquí tuvimos que pasar la prueba de fuego y subir ese pequeño repecho de la C/Sóforas que a estas alturas creíamos que iba a ser "la cuesta del año" pero no... lo habíamos superado y ya estábamos ahí...

Foto que nos realizó Teresa Sánchez, fan incondicional. :)

La recta final. Era nuestra carrera, ahí empezábamos, y queríamos disfrutar. Rubén y Noe nos dieron los últimos ánimos que necesitábamos pocos metros antes de llegar a la meta. Sin perder el paso firme que habíamos cogido al principio llegamos juntas, como habíamos salido, ¡PRUEBA SUPERADA!

Sonaba We are de champions de Queen y, con la emoción a flor de piel, no pudimos evitar que se nos saltarán las lágrimas al parar el cronómetro y darnos un abrazo para celebrar que...  

¡¡LO CONSEGUIMOS!!