jueves, 3 de abril de 2014

Coaching deportivo-nutricional

Recuerdo hace muchos años cuando de forma casual conocí a un galeno con motivo de coincidir en el mismo restaurante donde  ambos al medio día, acudíamos a comer. Él asistía solo al igual que yo y decidimos compartir mesa, conversación y amistad. Era un hombre maduro muy alto, culto, exquisitamente cordial y educado. Su constitución era extremadamente delgada y fumaba bastante. Cosa que yo también hacía, de forma pasiva…

Las conversaciones con él no tenían precio y eran apasionantes por lo enriquecedoras que resultaban. Hablábamos de lo divino y de lo humano, de medicina, de la mujer en sí, nos comentábamos las vivencias personales de ambos e incluso hablábamos de política: él fue hace más de 12 años el que me adelantó que la medicina en Europa era el único “pastel” que quedaba por repartirse entre los lobbys norteamericanos y, ya me dejaba caer que esas mismas empresas en ese tiempo ya andaban presionando a Bruselas para dejarles entrar en el círculo europeo a través de la privatización europea de la sanidad. Pero eso es otra historia…

Un día, o quizá durante varios, fantaseaba planteando la posibilidad de dejarlo todo y dedicarse a decir a la gente lo que tendría que hacer, qué actitud mostrar, qué decir, como dirigir, como actuar e incluso como desempeñar labores de liderazgo, a modo de asesor personal. Ahí fue la primera vez que sin saberlo, estábamos hablando de algo que aún no conocíamos como COACHING.
El Dr. me planteaba que se trataría de una de las profesiones de futuro… Y tampoco se volvió a equivocar, ya que el COACHING a nivel empresarial estaba aterrizando y la introducción de los psicólogos deportivos en algunos clubes de fútbol ya hacía años que estaban dando sus frutos, siendo un pionero en ello el entrenador Benito Floro.

Pero esto no es nuevo. El COACHING, ha estado siempre presente en nuestras vidas desde pequeños: desde ese entrenador o monitor deportivo que no paraba de motivarnos para seguir un poco más…, hasta ese profesor que sin darnos cuenta, iba introduciéndonos conceptos sin esfuerzo…, o incluso valores, pensamientos o pareceres en lo cuáles nos vemos ahora reflejados, y que sin reparar en ello nos dejaron su sello.
Con estas técnicas que utiliza el COACHING, podemos estar preparados para afrontar cambios importantes para poder lograr nuestros objetivos, sean los que sean.

¿Qué quiero haceros llegar y trasladaros? Simplemente que cuando queremos afrontar un nuevo sistema de alimentación junto a un plan de actividad física con algún objetivo concreto, tenemos que estar preparados mentalmente para triunfar y conseguir nuestras metas. Es decir, tenemos que tener el enfoque mental idóneo para afrontarlo.

El entrenador personal o coach sin duda te ayudará y te empujará hacia ello, pero no olvides que a ti te toca estar preparado, estar motivado, ser optimista, confiar en tu coach, y por supuesto trabajar. Él te dará las claves, pero eres TÚ, el o la que tiene que estar preparado para realizar el cambio. TÚ eres el que puede obrar los cambios… Si tú no lo haces, nadie lo hará por ti.
   
Ante este cambio nos podemos encontrar con varios estados ante el mismo:

A-     Pre-contemplativo: No sé si quiero, o ni tan siquiera si puedo hacerlo. Tengo mis dudas y no creo que esté preparado. La verdad es que a veces ni me interesa cambiar. Me encuentro muy bien en mi zona de confort, y no creo que esto funcione.

B-     Contemplativo: Quizás podría… A lo mejor incluso me lo puedo plantear… Con un poco de esfuerzo lo puedo conseguir. Lo mismo funciona incluso…, pero aún tengo dudas.

C-     Preparación: ¡Lo voy a hacer! Mañana mismo se lo planteo a mi Entrenador Personal, para empezar cuanto antes. ¿Cómo antes no lo veía tan claro? ¡Quiero empezar ya, y voy a conseguirlo!

D-     Acción: Lo estoy haciendo y estoy motivado para seguir. Estoy muy contento de haber empezado. ¡Siento los resultados y me encuentro mucho mejor! ¿Cómo no he empezado antes?

E-      Mantenimiento: ¡Lo sigo haciendo y sigo muy motivado! Todavía lo llevo a cabo y el cambio se ha instaurado en mi vida, mejorándola sin lugar a dudas. ¡Me siento muy feliz no sólo de mis avances, sino también de haberlo logrado y haber superado mis miedos sabiendo que soy capaz de hacer lo que me proponga!

¿En qué estado estás TÚ? ¿Te encuentras en el estado C? ¿Estás preparado…? Sería ideal. La motivación es primordial y la labor del coach entre otras, podría ser el llevar a una persona desde el estadio A, hasta el E.

Aunque realmente no me gusta hablar de “fuerza de voluntad” como tal, ya que esto nos conduce a confundir nuestra capacidad de esfuerzo con esta fuerza y lo quiero matizar, ya que con la fuerza de voluntad no se suele conseguir nada a largo plazo. Con nuestra capacidad de esfuerzo (lo fácil no existe) sí que seremos capaces de lograr objetivos y de retroalimentarnos en nuestra motivación diaria. La constancia y el esfuerzo harán el resto.
La fuerza de voluntad implica una lucha interna en nosotros mismos, que a corto plazo cesará en contra nuestra. Si no estamos convencidos de algo, por mucha fuerza de voluntad que mostremos, finalmente esta se desvanecerá más pronto que tarde. Por ello, como os decía, con esfuerzo y motivación, y con la ilusión de una nueva etapa con nuevos objetivos en nuestra vida, todo se vislumbrará más luminoso.

Para tener las cosas más claras aún dentro de estos conceptos, y que podáis motivaros si os encontráis en el punto A, os ofrezco el desarrollo de 10 puntos básicos para lograr la motivación y la “pseudofuerza” de voluntad que precisáis o incluso si ya está presente en vuestras vidas, hacerla mejorar y que no flaquezca.





1-     Necesitas un motivo: ¡Claro! Precisas de la ilusión de un motivo en mente, que te haga dar lo mejor de ti con ilusión y confianza. Todos tenemos un motivo, y seguro que TÚ tienes el tuyo. Busca en tu interior… y hazte la pregunta ¿cuál es  mi razón…?

2-    Establecer objetivo: ¿Cuál es mi objetivo? ¿Hacia dónde tengo que dirigirme? ¿Son realistas mis pretensiones? Aquí, quizás tu coach te pueda orientar y asesorar en un objetivo realista, de forma que optimices recursos en tu nuevo plan, haciéndote que no pierdas tiempo ni dinero.

3-  Presta más atención al sistema: ¿Dónde debo fijarme?  ¿Estoy en el camino correcto? Todos en algún momento podemos flaquear… Es el momento de pararse a pensar, para reflexionar y reposicionar nuestra dirección. ¿En qué estoy fallando y cómo puedo mejorarlo?

4-     Organízate: Debemos evitar caer en la improvisación ya que en nutrición o en la actividad física, se trata de nuestro mayor enemigo. Debemos organizarnos para no perder tiempo, ni eficacia. Eso nos llevará un poco más de tiempo que a la larga recuperaremos, con mejores resultados.

5-     Equilíbrate: Aquí el buen humor y el optimismo, hace que los problemas que puedan surgir se vean con otra perspectiva si estamos equilibrados. Recuerda lo que recomendaba la epigenética: no a las contradicciones. Sigue confiando en TI y en tu PLAN con el OBJETIVO en mente.

6-     Prioridades: Esto cada uno de nosotros sabe lo que implica… Tu PLAN es importante…, muy importante. Pero no descuides a tu pareja, tu familia, tu entorno…

7-    Ojos que no ven…: No se trata de llevar una venda en los ojos, pero sí saber ver lo que te conviene y permanecer fuerte ante las tentaciones. No te engañaré…, si las puedes evitar mejor que mejor… Rodéate de positividad. Aléjate de los desmotivadores y la gente que no cree en ti: son los auténticos enemigos de tu PLAN, y por supuesto de ti mismo. Aquí te los muestro:



                  

8-   Consecuencias: Sabes que eres el/la únic@ responsable de ellas, tanto positivas o negativas… Recuerda SIEMPRE las consecuencias POSITIVAS que tu PLAN te aportará. Con las consecuencias negativas no hace falta que te obsesiones, por tanto no pienses mucho en ellas, ya que las sabes de sobra.

9-    Bucle positivo: Súbete al buen bucle… Siente su fuerza y su retromotivación… Coge el ritmo y hazlo tuyo superando tus límites y tus miedos. Llénate de energía. Subirte cuanto antes a este carro, mantendrá tu PLAN vivo y fresco como el primer día.

10-  Más zanahoria y menos palo: No te fustigues, ni seas injusto contigo mism@. Lo vas a hacer muy bien. Recompénsate por todo tu sacrificio cuando estimes oportuno dentro de la planificación y la organización: date un capricho un día que hayas planificado con antelación, si vas consiguiendo tus objetivos. Céntrate en que el balance de pasos positivos, sea mucho mayor que el de los negativos.

 Mucho ánimo,  porque tú puedes. Yo CREO en TI, pero…,¿TÚ crees en ti?






Jesús EP
masca104@hotmail.com
   

2 comentarios:

  1. Excelente artículo, al igual que los demás.

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  2. Yo también creo en ti... y a veces en mí, jejejeje. ¡Gracias Jesús por otra estupenda colaboración!

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